El Perú se posiciona como un referente indiscutible en el escenario latinoamericano de los deportes electrónicos. Con una comunidad de más de 11 millones de gamers y títulos como Dota 2 profundamente arraigados en su cultura digital, el país no solo está cosechando triunfos deportivos, sino que también empieza a capitalizar estratégicamente una industria con enorme proyección económica y comunicacional.

Este 2025, Lima será sede del Global Esports Tour, un torneo internacional de primer nivel organizado por la Federación Global de Esports. Esta elección no es casual: se da tras el éxito rotundo de la selección nacional femenina de Dota 2, que ganó la medalla de oro en los Juegos Bolivarianos del Bicentenario Ayacucho 2024, y de un equipo masculino que ratificó el dominio peruano en la región.

El contexto no puede ser más favorable. En los últimos años, los e-sports han sido reconocidos oficialmente como una disciplina deportiva. Federaciones, clubes, torneos, audiencias millonarias y atletas profesionales configuran hoy un ecosistema que exige estrategias de marketing especializadas y visión a largo plazo.


Una oportunidad dorada para las marcas

Desde una perspectiva de marketing deportivo, el auge de los e-sports en Perú representa un terreno fértil para el posicionamiento de marcas que deseen conectar con audiencias jóvenes, digitales y altamente comprometidas. A diferencia del deporte tradicional, donde la exposición es lineal y muchas veces masiva pero difusa, el e-sport permite una hipersegmentación. Las marcas pueden hablarle directamente a nichos de gamers, ya sea por género, tipo de juego, plataformas o incluso valores compartidos.

El engagement en plataformas como Twitch o YouTube supera, en muchos casos, al de los medios tradicionales. Además, los torneos internacionales transmitidos en vivo —como el que se celebrará en Lima— ofrecen espacios únicos de visibilidad y activación para sponsors locales y globales.

Las posibilidades van más allá de los patrocinios. El desarrollo de contenido en redes sociales, el merchandising digital, las experiencias inmersivas en eventos presenciales y el gaming influencer marketing son solo algunas de las herramientas que pueden activar las marcas dentro del ecosistema.


Profesionalización y gestión: la clave del futuro

La creación de la Federación Peruana de Deportes Electrónicos ha sido un punto de inflexión clave. Su trabajo no solo ha servido para visibilizar el talento local, sino para sentar las bases de una industria profesional. Eventos como los Juegos Bolivarianos o el Global Esports Tour no solo consolidan a Perú como una sede internacional de e-sports, también demandan una planificación estructural que requiere aliados estratégicos en comunicación, producción, gestión de derechos y sponsorship.

A futuro, el reto está en consolidar un modelo sostenible: más ligas locales, mayor infraestructura, alianzas con empresas tecnológicas y educativas, y la generación de contenido que ayude a contar la historia de nuestros talentos desde el inicio.


Perú, preparado para exportar talento… y marca país

El éxito de nuestros equipos y jugadores abre la puerta a nuevas narrativas que el marketing deportivo puede y debe explotar: historias de superación, innovación, representación femenina, comunidad y pasión por competir. En esa línea, los e-sports también se proyectan como una poderosa herramienta de marca país, capaz de mostrar al Perú como un hub joven, creativo y digital ante el mundo.

En conclusión, los e-sports ya no son el futuro: son el presente. Y Perú está en una posición privilegiada para liderar este fenómeno desde el deporte, la industria y la narrativa.

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