La capital peruana suena como posible sede de la final de la Copa Libertadores 2025. De concretarse, el impacto deportivo, económico y mediático sería considerable.

Lima vuelve a entrar en juego como posible escenario de la final más importante del fútbol sudamericano. El Estadio Monumental “U Marathon”, casa de Universitario de Deportes, es una de las sedes consideradas por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) para albergar la final única de la Copa Libertadores 2025, programada para el 29 de noviembre. Aunque aún no hay confirmación oficial, los antecedentes juegan a favor de la capital peruana.


Un antecedente ganador: la final del 2019

En 2019, el Monumental fue sede del histórico encuentro entre River Plate y Flamengo. Ese día no solo se disputó un título: se activó toda una maquinaria económica. Más de 40 mil turistas extranjeros llegaron a Lima en esa semana, dinamizando sectores como hotelería, transporte, gastronomía, comercio y entretenimiento.

Según cifras de PromPerú, el evento generó un impacto económico superior a los 60 millones de dólares. Pero más allá del corto plazo, la exposición mediática que tuvo Lima como ciudad anfitriona posicionó a Perú como un destino capaz de ejecutar eventos deportivos de primer nivel.


La oportunidad del 2025


Volver a ser sede en 2025 significaría, en muchos aspectos, consolidar ese posicionamiento.  El Estadio Monumental, con más de 80 mil localidades, es uno de los colosos más grandes del continente. Su capacidad, combinada con su ubicación estratégica y su experiencia pasada, lo convierte en una carta fuerte. Sin embargo, el proceso de selección no es automático. El alquiler del estadio por parte de Conmebol implica acuerdos, exigencias logísticas mayores y una ejecución perfecta, desde la seguridad hasta la cobertura mediática.


Más que fútbol: marketing, turismo y legado

Eventos como la final de la Copa Libertadores representan plataformas de exposición internacional para las marcas, las ciudades y las instituciones. La activación de patrocinadores, la cobertura de medios con amplio alcance y la narrativa que se construye alrededor del evento se convierten en oportunidades para potenciar el branding de la capital y atraer futuras inversiones.

Además, se habilita un ecosistema de experiencia para el hincha: festivales de hinchas, activaciones en la ciudad, eventos paralelos, visitas turísticas pues cada jornada previa y posterior a la final representa un momento para generar contenido, consumo y fidelización, tanto en el plano local como internacional.

Por ahora, solo queda esperar. La decisión final será tomada por la Conmebol en los próximos meses. Pero si Lima logra nuevamente quedarse con el evento, será una oportunidad para demostrar que el éxito del 2019 no fue casualidad, sino capacidad de gestión y visión estratégica.

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